
Hace unas semanas saltaba el escándalo a todos los medios de comunicación, directivos de una ONG habían cometido abusos sexuales durante sus trabajos en los países donde actuaban en nombre de la ONG que representaban.
La noticia causó mucho impacto por qué se hace incomprensible que alguien al que se le supone una vocación extraordinaria por ayudar a los demás y mostrarse altruista, dedicando su vida a estas labores se comporte de manera totalmente contraria a estos principios.
Sin embargo si analizamos este caso u otros parecidos encontraremos ciertas explicaciones. Lo primero que debemos entender es que la maldad forma parte de la condición humana, y por tanto en toda organización estará presente, así cuándo una organización cuenta con un número alto de componentes, es muy probable que exista un porcentaje de personas que pueden llegar a cometer una acción deplorable.
La segunda variable es que toda organización tiene un factor de riesgo ético. Es decir la propia naturaleza de la actividad de la organización genera situaciones que suponen un riesgo, que pueden propiciar un caldo de cultivo para que personas propensas a actuar de manera deplorable lleven a cabo sus actuaciones no éticas.
Así por ejemplo si tu actividad es la de ser jefe de compras tu riesgo es aceptar sobornos de tus proveedores, si eres político que tomas decisiones sobre concursos públicos tu riesgo es similar al anterior, si por ejemplo tratas con personas desvalidas por la pobreza, acentuada por el paso de un huracán tu riesgo será abusar de tu poder con esas personas, si tienes mucho poder sobre personas bellas que dependen de ti para triunfar en un mundo extremadamente competitivo el acoso sexual es una tentación y así podríamos buscar ejemplos para todo tipo de organización.
Entonces ¿Qué podemos hacer?, algunas sugerencias son éstas:
- Asumir que estadísticamente es posible contar dentro de la organización con personas capaces de tener comportamientos no éticos.
- Identificar tu riesgo ético, es decir qué tipo de conductas no éticas pueden darse en tu organización.
- Regular y controlar la aparición de dichos comportamientos.
- Actuar con rapidez y decisión sancionando de manera severa estos comportamientos una vez que han aparecido.
En muchos casos el último punto no se cumple, pareciera que las organizaciones no se pueden creer que ese tipo de conductas sean posibles en su organización, se paralizan y niegan la mayor, generando problemas de credibilidad y confianza aún mayores en su entorno.