Uno de los principios básicos de las competencias es que deben estar definidas para una organización y un puesto concreto, es decir para un contexto determinado. Este principio permite que las competencias ofrezcan cierta flexibilidad a la gestión de RR HH. Cada organización puede definir los comportamientos que sean más adecuados para sus objetivos y necesidades. Pero esta no es la única razón de que esto sea así, existe otra razón más relacionada con la psicología. Desde esta disciplina cada vez se asume más que el comportamiento es producto de la interacción entre ambiente y genética. Las personas nos comportamos de diferente manera según sea la situación a la que nos tengamos que enfrentar. De esta forma comportamiento y entorno son dos conceptos interdependientes y ligados entre si. Cuando describimos comportamientos estamos describiendo situaciones y entornos. Las personas variamos nuestro comportamiento según el contexto en el que lo realicemos.
Así cuándo una organización define competencias generalmente busca los comportamientos que llevan al éxito en cada puesto, por ello implícitamente está considerando el contexto, pues estos comportamientos críticos se realizan dentro de un ambiente determinado. Aunque esto no es siempre así, en otras ocasiones la definición no parte de la observación de las personas que desempeñan dichos puestos, sino de lo que la organización desea ser. Bien porque va a haber cambios estratégicos que van demandar nuevos comportamientos o bien por un simple castillo en el aire de desear ser lo que no sé es. En estos casos se tiende a obviar la situación o contexto de la organización.
Para cualquier caso de los anteriormente descritos nos parece que es irrenunciable que se haga un especial énfasis en entender el contexto. En hacer un esfuerzo por analizar dónde estamos antes de observar o de diseñar comportamientos. Para ello es importante generar espacios para reflexionar sobre ello e incluso describir y escribir el contexto. Recomendamos que para un mejor entendimiento en el diccionario de competencias se acompañe cada una de ellas de una pequeña descripción del entorno donde se va a tener que desarrollar el comportamiento descrito. Ya sabemos que si el diseño está bien hecho, el contexto está implícito. Pero consideramos que hacerlo explícito ayudará a entender dichos comportamientos por todas las personas que a futuro deban manejar dicho diccionario de competencias. Asimismo hacerlo explícito ayudará a hacer un diseño de comportamientos más ajustado a la realidad.
Así por ejemplo si la competencia desarrollo de personas cuenta con los siguientes indicadores:
- Tiene claramente identificadas los puntos fuertes y áreas de mejora del personal a su cargo.
- Crea (en colaboración con ellos) planes individualizados de mejora para cada persona de su equipo.
- Utiliza una amplia variedad de herramientas de desarrollo.
- Transmite un feedback de alta frecuencia, constructivo y por diferentes vías.
- Hace seguimiento del desarrollo y evolución de los miembros de su equipo.
Para entender estos comportamientos es importante conocer si ofrecemos un contexto que favorece la evaluación, si hay una cultura en la organización que ayuda a las personas a tratar de ser conscientes de sus fortalezas o debilidades, si ofrecemos herramientas y soportes de evaluación, si existen hábitos de transmisión de feedback etc.