
En los últimos tres meses, hemos trabajado con una compañía manufacturera en el diseño de planes de desarrollo para un grupo de técnicos especializados. Al inicio parecía un reto, pues al no tener conocimiento técnico alguno sobre las funciones de estas personas, parecía complicado encontrar los puntos de desarrollo. Es decir, como en la mayoría de los casos, se le daba importancia al desarrollo a nivel técnico y no a nivel personal, de competencias.
Una vez roto ese paradigma, comenzamos a trabajar con ellos en el análisis de necesidades de formación, utilizando como herramienta la entrevista a profundidad. El fin era encontrar, a partir de su experiencia, cuales eran aquellos puntos críticos de su proceso de trabajo que se les dificultaba más o requerían de mayor conocimiento y experiencia. Incluso llegábamos un poco más allá, preguntando a quién tenían mayor nivel de dominio técnico, cuáles eran los problemas más comunes a los que sabían que el resto de sus compañeros se podían enfrentar. Una vez obtenida esta información de forma individual, con apoyo de nuestro cliente, la tradujimos en casos, problemas o averías genéricas y concretas del proceso de trabajo. Con este manual de casos, realizamos una reunión grupal con todos los técnicos en donde, en conjunto, tenían que proponer soluciones al problema técnico. Esto nos ayudaría a realizar una evaluación de cada uno de los técnicos, para conocer su nivel de dominio en cuanto a la solución de problemas técnicos a través de las respuestas dadas en la sesión. Podíamos, también, identificar a aquellos expertos que eran capaces de transmitir la información de manera eficiente, y aquellos que requerían un apoyo extraordinario para resolver los problemas.
Con los resultados de esta evaluación y la suma de la información de las entrevistas, se realizo un primer informe con observaciones y sugerencias de acciones concretas de desarrollo para cada uno de los técnicos. Indicando tipos de métodos y técnicas de desarrollo y entrenamiento, la identificación de posibles formadores internos, desarrollo de competencias individuales y grupales.
Pudimos entonces percatarnos que existen necesidades de desarrollo técnico, más allá del dominio y experiencia con cierto proceso de trabajo; y que cualquier otra acción, mientras sea justificada, puede ser igual de importante y prioritaria que el propio conocimiento técnico.